Yo me considero ciclista, pero no un ciclista profesional, ni tan siquiera amateur. He practicado ciclismo toda mi vida, pero no he competido. He participado en muchas pruebas ciclistas en la que he ido a disfrutar y pasarlo bien haciendo el deporte que más me gusta. No se si os pasará a muchos de vosotros, pero en España existe un sentimiento y cultura competitiva llevada al extremo en casi todos los deportes. Por supuesto, el ciclismo tampoco es una excepción. Sales a rodar un sábado y te unes a un grupo de ciclistas que no conoces y comienzan las miradas de recelo y a oír como cambian desarrollos. En pocos minutos te ves envuelto sin haberlo querido en una pequeña carrera que no buscabas y que probablemente te fastidiará la salida.
Con los años he ido aprendiendo a tomar las situaciones con otra perspectiva y desde que circulo sobre una bicicleta de color naranja butano con ruedas de 16", aún mas. Te acostumbras a las miradas recelosas, satíricas, irónicas o incluso despectivas. Estamos inmersos en la absoluta competitividad, olvidando el sentimiento final de la práctica del ciclismo. Pero claro, estas reflexiones se refrenda en las marchas y rutas cicloturistas que organizan los diferentes clubes ciclistas a lo largo y ancho de España, que no dejan de ser pequeñas carreras encubiertas y donde ellos, los organizadores y los participantes, establecen y acuerdan que no tiene cabida nadie que no sea como ellos, una imitación de un ciclista profesional.
Ya he reflexionado en varias ocasiones sobre esta situación, pero es que cuando veo pruebas ciclistas de "puro ciclismo global", donde tienen cabidas todos los ciclistas y todo tipo de bicicletas, como las celebradas en la vecina Gran Bretaña, no hago mas que mortificarme y pensar como me gustaría ver esto en España.
Este fin de semana se ha celebrado la London Revolution Mitie de 185 millas (casi 300 kilómetros), distancia a cubrir en 2 días. Prueba con mucha tradición y en la que participan todo tipo de ciclistas y bicicletas.
Otra prueba de enorme tradición es la London-Brighton que tiene diferentes posibilidades para todo los ciclistas y que año tras año congrega a miles de personas con cualquier tipo de bicicleta en apoyo de una causa solidaria de la Fundación Británica del Corazón.
Con recorrido similar y destino en Brighton también está la Charity Bike Ride.
Otra prueba de gran calado es la Prudential Ride London con un distancia de 100 millas (unos 160 kilómetros) congrega a miles de ciclistas cada año.
La London Bikeathon reune cada año, al igual que las anteriores, a miles de ciclistas de todos los tipos, edades y condición para ser solidarios en la lucha contra el cáncer en diferentes distancias.
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