La plataforma deportiva Strava había lanzado el reto para el mes de febrero y hasta el 5 de marzo de realizar en una sola salida 175 kilómetros conmemorando la próxima "Strade Bianche", la espectacular carrera por la Toscana italiana.
Me parecía un reto muy original y hacía mucho tiempo que quería hacer una rodada larga. Para preparar este tipo de salidas que suponen tantas horas sobre la bicicleta hay que tener muy bien prevista la provisión de líquidos y comida y la forma de llevarla sobre la bicicleta. Cuando son salidas de hasta 100-120 kilómetros he tenido espacio de sobra en los bolsillos del maillot, pero superar la barrera de los 150 kilómetros supone llevar más comida e ir muy apretado. En esta ocasión he optado por la opción de una pequeña bolsa delantera que se sujeta al manillar por medio de unas correas autoadherentes de la marca Btwin de Decathlon con una capacidad de 2.5 litros y a un precio de 12.95€.
La bolsa ha cumplido con creces y me ha sido de enorme utilidad. No se ha movido, es fácil y rápido acceder a su interior por medio de la cremallera grande y amplia y tiene una capacidad más que suficiente. En esta ocasión he llevado un sandwich de nutela, tres barritas de cereales, una bebida energética de 25ml., una bolsa con multierramienta, desmontadores y dos cámaras, una batería externa, cámara de fotos y documentación. Aún había capacidad para otra lata de refresco, algo más de comida y otra prenda tipo buff. en la parte superior externa lleva unos elásticos para colocar alguna prenda como cortavientos y la frontal una rejilla donde echar documentación, mapas, etc.
Como todavía no hace mucho calor en estas fechas he tenido suficiente con un bidón de 1litro de agua al que he añadido compuesto isotónico Iso Frist de Aptonia con vitamina B1 y sodio. Es un compuesto muy económico y funciona muy bien, lo he probado en rutas en pleno verano con transpiración máxima y me ha respondido perfectamente.
A las 08.30 salí de casa con coulotte largo y el más viejo, para evitar rozaduras, maillot largo y con una temperatura de 12 ºC. La idea era hacer un circuito de 50 kilómetros dando tres vueltas y los últimos 25 kilómetros completarlos cerca de casa. El reto me ha encantado, el rodar en solitario durante 7 horas con viento de poniente en contra hace que aprendas a dosificar tus fuerzas y a conocerte cada vez mejor. He comido y bebido todo lo que llevaba, habiendo hecho el cálculo correctamente. Un primer guiño al ciclismo randonneur que tanto me atrae y al que poco a poco voy tendiendo.
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