Parece que fue ayer mismo cuando llegó la pequeña inglesa en su cajita de cartón, pero han pasado ya 15 meses desde aquel momento. Durante estos 15 meses hemos vivido miles de instantes juntos que han quedado grabados en mi retina y en este blog, pero que de alguna forma han ido quedado dispersos. He escogido algunos de esos instantes y les he puesto música para celebrar esos 10.000 km de libertad y diversión pedaleando sobre mi Brompton.
Como balance, aunque resulte un tópico, solo puedo decir que vale cada euro que costó. Digo esto porque a pesar de tener un precio alto, en estos 10.000 km solo he tenido un pinchazo, ninguna avería, y tan solo he tenido que cambiar un juego de cubiertas a los 9.000 km. La cadena y las zapatas de freno aún está en buen uso. Cables y fundas funcionan sin problemas y los cierres siguen tan silenciosos como el primer día. He de añadir que no ha pisado un taller, todos los ajustes, limpieza y engrase los he realizado yo aprovechando el ingente material informativo que hay en internet.
Ahora mismo puedo afirmar sin género de dudas que de las plegables que he tenido anteriormente, la pequeña Brompton, es la más fiable y la más robusta. No es la más rápida, no es la más atractiva, ni es la que más desarrollos tiene, pero nunca falla, pide poco y voy con ella a todos los sitios.
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