Con sus 30 años a las espaldas, la vieja Razesa tiene algunos achaques. Después de desmontar completamente e ir limpiando y puliendo las piezas, hoy le tocaba el turno al cuadro y potencia. Ayer me llamó mi amigo Fran, mecánico de bicicletas, para decirme que había un pequeño problema. Al llegar me comentó que la dirección estaba perfecta, simplemente engrasarla. El eje de pedalier no pudo desmontar un lado por estar literalmente soldado. Quedaba la opción de llevar el cuadro a un tornero y luego instalar un eje de cartucho para poner las mismas bielas que se encuentran en buena forma o, poner un eje nuevo, rodamientos y mantener el sistema de eje clásico. Optamos por la segunda opción y ha quedado estupendo.
Quité la potencia, y monté el cuadro en el soporte para bicis del Lidl para empezar con una esmerada limpieza a base de estropajo, agua y jabón. Tras haberle quitado toda la mugre, tocaba secarlo bien y con un trapo de algodón comenzar a aplicar pulimento. El elegido es el de toda la vida y que venden en cualquier drogería, el Titanlux. Tras aplicar y abrillantar con otro trapo el resultado es muy bueno. Evidentemente, no deja de ser un cuadro viejo con sus picadas en la pintura y sus diferencias de tonos, pero tiene un aspecto estupendo.
Después de terminar con el cuadro, le ha tocado el turno a las partes cromadas. Para los cromados he usado en primer lugar lana de acero, la mas fina que tenían en la ferretería. He ido frotando con algo de pulimento para metales y milagrosamente desaparecían las marcas de óxido. Luego he aclarado con un trapo húmedo, secado con otro de algodón y aplicado pulimento de metales. El resultado es espectacular, parecen recien sacados de fábrica. He seguido el mismo proceso con la potencia que tenía un aspecto mate y apagado y ahora luce como recién estrenada.
Ya está todo limpio y reluciente a la espera de que terminen de llegar las piezas que faltan y comenzar el montaje.
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