jueves, 31 de diciembre de 2020

Rapha #Festive500 conseguido con la Finna

 Este año quería terminar el Rapha Festive 500 kilómetros que cada año se celebra en Strava debiendo realizarlos entre los días 24 y 31 de diciembre. Quería terminarlo porque solo lo había conseguido una vez en 2017, resultando el resto de años imposible por temas de trabajo. Pero este año la cosa pintaba bien y tenía vacaciones. Y además, estaba la bicicleta nueva que sería una oportunidad fantástica para probarla. Quería hacer los 500 kilómetros sin salir a la carretera, solo en ciudad, en circuito urbano.


Finalmente lo he terminado hoy por la mañana en 6 días de los 8 disponibles, dejando el día 25 de Navidad y el lunes 28 sin ningún kilómetro sobre la bicicleta.

El día 24 hice la primera jornada del #Festive500 haciendo 103 kilómetros en 4 horas y 21 minutos. Ya había probado la Finna pero era la primera salida de mas de 2 horas continuadas y de inmediato noté que la potencia era larga. Forzaba un poco la postura y llegué con los riñones cargados además de no llegar correctamente a apoyar las manos en los mandos. Tocaba cambiarla por una mas corta, la que lleva de serie es de 100mm y la que pondré es de 90mm.

También probé una bolsa que tenía para la Brompton, en concreto es un botellero de nylon con tiras de velcro que puede usarse como una bolsa de comida de las que están tan extendidas por el bikepacking. La diferencia es que esta es de Decathlon cuesta unos 10€, y las otras rondan los 40€. 




El día 26 fue la segunda jornada del #Festive 500 haciendo un total de 77.64 kilómetros en 3 horas y 6 minutos. No había salido el día de Navidad y para llevar bien el reto debía hacer unos 65 kilómetros diarios. La bicicleta cómoda. El día 25 pedí online en SantaFixie una potencia cromada de 90mm.

Día 27 tercera jornada #Festive500, cumpliendo con lo marcado, 75 kilómetros en 3 horas y 6 minutos. Llegaba al ecuador del reto y debía llevar 250 kilómetros según mis cálculos. Lleva exactamente 256 kilómetros y todo iba según lo previsto.

El día 28 llegó la potencia de 90mm a casa y perfecta. La instalé sin complicaciones y visualmente se veía muy similar a la anterior, quizás ésta un poco más moderna pero sin estridencias. No pude salir a probarla porque este día tuvimos un temporal de viento con rachas de 100km/h. Día en blanco.

El día 29 era mi cuarta jornada #Festive500 y debía recuperar el día anterior. Además se añadía que tenía que hacer varias gestiones a media mañana por lo que tocaba partir la jornada y madrugar algo más. La primera jornada empezó a las 07.00 horas y fueron 53.3 kilómetros en 2 horas y 12 minutos. 


La segunda jornada comenzó a las 11.20 horas y fueron 61.8 kilómetros en 2 horas y 41 minutos. El sillín aunque es bastante cómodo al final me recordaba constantemente que estaba bajo mis isquiones entumecidos. El cambio de la potencia fue genial, de inmediato mis manos se acoplaron a los mandos y la espalda dejó de tirar como ocurría antes.






Día 30 y 5 jornada #Festive500. Ya estaba en la recta final y debía hacer unos 70 kilómetros según mis estimaciones. Finalmente hice 76.3 kilómetros en 3 horas y 20 minutos. Muy cómodo en la Finna y cumpliendo plenamente todo lo que esperaba de una bicicleta de estas características con cuadro de acero. Muy cómoda, con muy buen rodar teniendo claro que no es un Ferrari. Aprovechando las fechas navideñas, las barritas energéticas son sustituidas por dulces de las flechas; pequeños placeres.





Día 31 de diciembre, último día del #Festive 500 y mi 6 jornada. Debía hacer 53 kilómetros para acabar y después de madrugar y ver el último amanecer del año pedaleando hice 55 kilómetros en 2 horas y 23 minutos. Reto conseguido.




martes, 22 de diciembre de 2020

Bienvenida Finna Road Racer, "steel is real"

Después del himpas desde que dejé de rodar sobre la Old Razesa y tras no encontrarme nunca identificado con la Specialized Diverge me di cuenta que tenía que volver otra vez al concepto original. Resulta bastante difícil encontrar bicicletas de carretera fabricadas en acero. El acero se ha convertido en un ingrediente de lujo para la construcción de las bicicletas, una especie de trufa ciclista para los constructores de marcos. Lo que antaño era el material más corriente y habitual para la construcción de marcos, ahora es casi una delicatessen que se pide por encargo, a medida y sin miedo para la billetera.

Había visto que en otros países algunas marcas se habían dado cuenta que un marco de acero decente puede ser compatible para construir un conjunto de carretera, montándola con grupos de 8 y 9 velocidades sin un costo desorbitado. Usando cuadros construidos en acero Cromoly, acero 4130 o Reynolds 520, básicamente el mismo perro con diferente collar, ofrecían bicicletas de carretera con aspecto clásico pero actualizadas neo-retro style. Bicicletas basadas en la idea de "real bikes for real people". Un concepto atemporal de bicicleta que sirve para casi todo y aptas para todo el mundo sin mayores pretensiones.

Destacar algunas de estas bicicletas como:

https://www.statebicycle.com/collections/4130-steel-bikes/products/4130-road-americana

- Cuadro de acero 4130, grupo de 8v con monoplato y precio de unos 630€. Un precioso trabajo de pintura con un acabado muy vintage y elegante pero limitada por ese 1X8 que te limita casi exclusivamente a uso urbano.


https://www.templecycles.co.uk/products/classic-tour?variant=52647618246

- Cuadro de acero Reynolds 520, grupo Shimano Sora 2x9v y precio de 1387€. Colores muy sobrios, en un cuadro con racores y muy elegante. El precio hace que no sea una opción tan buena.


https://www.purecycles.com/products/road-bike

- Cuadro de acero Cromoly, grupo Shimano Claris 2X8 y precio de 530$ (430€). Colores y decoración de bicicleta clásica y grupo fiable. Precio muy competitivo pero casi imposible conseguir en España.


Pero en España no encontraba nada hasta que me tope de narices con la empresa española ubicada en Barcelona Finna Cycles que ofrecía exactamente este concepto que yo andaba buscando.

https://www.finnacycles.com/es/content/14-finna-road-racer



Partiendo de un robusto cuadro de acero Cromoly con ojales en vainas traseras para poder montar transportin y dos portabidones. Con un grupo completo Shimano Sora 2x9, con platos 46-34 y cassette 11-25. Un desarrollo muy humanizado. Pero ahondando en los detalles encontraba mas cosas que me gustaban aún más. Dirección 1-1/8 para poder usar potencias ahead con manillares modernos de 31.8mm. Ruedas con llantas Alex Rims de 32 radios a 2 cruces, fiables y muy resistentes con bujes Shimano Sora. Frenos Tektro R539 con sistema de liberación rápida y seguro. Todos los componentes a excepción del grupo en acabado cromado que la confieren un estilo muy clásico y elegante. Sillín Velo con tachuelas, inspirado muy claramente en el famoso Selle San Marco Regal. Y finalmente la geometría, clásica pero con el ángulo de ataque muy cómodo y la pipa de la dirección bastante alta.


Reunía todo lo que buscaba, incluido el color, en blanco, sencillo, elegante y fácil de solucionar cualquier picada o raspón. Me puse en contacto con la empresa por el chat de la propia página web y tras alguna duda amablemente resuelta hice la compra on line un martes y el jueves estaba en casa.





















De momento he hecho unas cuantas salidas con ella y confirma todo lo que buscaba. Es una bicicleta robusta y bien diseñada, con componentes fiables. Un grupo suave y preciso que ofrece desarrollo para ir por ciudad, hacer deporte o cicloturismo. Si os habéis dado cuenta no he hablado todavía del peso, y es porque ni tan siquiera lo se. Imagino que andará por los 11.5-12 kilos, pero el que compra una bicicleta de estas características no esta obsesionado con la báscula. Con esta bicicleta regresas a las sensaciones, al placer de rodar en asfalto sobre acero y sentir como tracciona cuando te pones de pie y sonreír cada vez que la miras porque te encanta hacer kilómetros sobre ella.






sábado, 19 de diciembre de 2020

Adios a la Specialized Diverge E5 Sport

 En junio de 2018 tras tener algunos problemas estructurales con la Old Razesa y tras investigar mucho me decidí a cambiar de bicicleta, optando por la emergente modalidad de tipo gravel. Había visto varias reviews de un modelo de la marca Specialized, dentro de la gama de aventura, el Diverge E5 Sport.



https://off.road.cc/content/review/bikes/specialized-diverge-e5-sport-review-2865


La bicicleta era de aluminio con una estética muy de carretera, con las vainas caídas, cuadro hidroformado y con un trabajo de pintura a la altura de la marca Specialized. El modelo, que me costó 1000€ me parecía que venía muy bien compensado en el montaje con el nuevo grupo Shimano Sora 3500 de 9v, bielas Praxis Alba sub-compact de 48-32 y cassete 11-32. Había que añadir aspectos técnicos que para mi eran totalmente novedosos como los ejes pasantes, discos de freno o la posibilidad de poder montar cubiertas de hasta 38-40 en ruedas de 700cc e incluso 46 en ruedas de 650cc (las de 27" de mtb).


La diferencia en peso con la Razesa era importante, pero sobre todo al cogerla a pulso, porque rodando no había diferencia, incluso notaba esta mucho más dura sobre el terreno. Como todos, cuando estrenas una bicicleta y todo es nuevo y funciona suave me entusiasmó. La geometría era muy similar a mi Razesa y me adapté de inmediato. Escogí la talla 54 que me daba 545mm de tubo superior (la Razesa tenía 550mm) y una potencia de 100mm (la Razesa tenía 80mm). Los ángulos de ataque era muy similares y la única diferencia notable estaba en el slooping de la Diverge que era muy pronunciado a diferencia de las lineas clásicas de la Razesa. 
Aproveché las cubiertas que traía montadas de 700x30 que la verdad salieron buenísimas, ni un solo pinchazo y las cambié por puro desgaste de kilómetros. Con ellas probé alguna pista de tierra y el concepto gravel era divertido y transmitía la sensación de volar. Pero había que ir con cuidado con la tierra suelta porque estas cubiertas no agarraban mucho, eran más indicadas para asfalto donde si que eran muy confortables con el extra de balón.
En el cambio de cubiertas probé a usar unas específicas de gravel de Decathlon de 700x38 que para pista funcionaban genial y en carretera se defendían aunque penaban bastante. Aún así las disfruté bastante.






Así estuve durante un año y no se la razón de porqué lo hice pero decidí mejorar a Shimano Ultegra de 11v pensado que habría una diferencia notable. El caso es que tras hacer el cambio y ganar los dos piñones extras, personalmente no encontré ninguna diferencia, ni en suavidad de cambio, ni en precisión y tan solo un piñón me pareció útil de los dos que ganaba. En resumidas cuentas, una operación de cambio malísima y muy cara que si volviera atrás no la hubiera hecho. El grupo Sora me pareció buenísimo, pero te dejas llevar por el elitismo aunque las canas se supone deberían servir para esos momentos de duda consumista,  pero se me fue de las manos. 









Algo había que no me convencía, no se muy bien que era, pero no terminaba de sentir que esta fuera mi bicicleta como me ocurría con la Razesa. Una nueva vuelta de tuerca y pensé en simplificar y dejar la transmisión monoplato 1x11. Un plato de 40t con 11-32 para uso gravelero y con plato de 44t para un uso mas de asfalto. Muy cómodo y prácticamente cubierto todo el rango de velocidades.

Plato de 40t

Plato de 44t


Pues ni con esas, la bicicleta iba bien, pero no me terminaba de transmitir como me ocurría con la Razesa. La sensación en marcha que sentía con el aluminio ni de lejos era el rodar de mi cuadro de acero. Añoraba esa sensación y por casualidad encontré en internet una pequeña empresa española ubicada en Barcelona que apostaba por cuadros de acero en muchos de sus modelos. La empresa se llama Finna Cycles y tiene un modelo que cumplía todos los requisitos que andaba buscando, la Finna Road Racer, y sobre todo con cuadro de acero cromoly.