miércoles, 30 de octubre de 2013

Ir al trabajo en bici "bike to work", "cycle to work"

Ir al trabajo en bici, una tendencia que en España sigue siendo algo anecdótico, apenas un 2%, y que este año desde diferentes asociaciones se ha hecho fuerza para que se consolide como en otros países, está costando que cale en nuestra sociedad.







Nuestro vecinos británicos con su "Cycle to work" o el mundialmente "Bike to work" en el resto de países, es más que una tendencia con connotaciones ecológicas o de sostenibilidad para obtener unas ciudades menos contaminadas. Esta corriente va mucho más allá, es algo que hay que plantearse partiendo de esa primera y obvia mejora, pero que conlleva innumerables beneficios, tanto para el usuario, a nivel físico y emocional, como para sectores de negocio emergentes. 





 En anteriores post, vimos como el mercado de las bicicletas estaba en auge y como año tras año crecía, y con él, toda la manufactura e infraestructura que surge a su alrededor, dígase piezas, componentes, vestimenta, locales, ocio, reuniones, etc. Cuando este tipo de iniciativas son tomadas y dirigidas por manos expertas a niveles gubernamentales, los beneficios económicos de esta parte del pastel llegan a ser muy apetecibles para políticos que hasta ese momento se mostraban escépticos y reacios repercutiendo directamente en beneficio de todos los ciudadanos.












Para calar en toda la población, las administraciones en diferentes países tienen marcados en sus calendarios un día de ir al trabajo en bici. Con ello se busca la normalidad entre el conductor y el tráfico urbano y que de lo excepcional se convierta en lo cotidiano.








Pera además de ese día de ir al trabajo en bici, se incluye la semana de ir en bici al trabajo, bike to work week. Como dirían en nuestra querida España, "no querías caldo, toma dos tazas".





6 comentarios:

  1. Hola RAFAEL.

    Yo pertenezco a ese 2% que utiliza la bicicleta como medio de transporte para ir al trabajo.

    En un principio me miraban como algo que me duraría poco tiempo, pero ya ha transcurrido más de un año y creo que soy la envidia de muchos, ya que han visto que no solo utilizo la bicicleta para ir el trabajo, sino que participo en salidas ocasionales y estoy en plena forma para aguantar "carros y carretas".

    Hoy como cada miércoles he realizado la salida semanal con dos compañeros, y no daban crédito a lo capaz que es una rueda 20"; en total han sido 60 kilómetros, y aunque he rodado en grupo, realicé un par de escapadas detrás de algunos que transitaban la misma vía y pude pedalear a unos muy buenos ritmos, lo cual parecía extrañar a aquellos que he acompañado por sorpresa.

    Me estoy adaptando muy rápido a ese piño 11, pero admito que "gasta más pilas".

    Un saludo.

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    1. Hola Eduardo, somo pocos pero inamovibles. Ambos sabemos de las ventajas evidentes y de las no tan evidentes, pero lo mires por donde lo mires todos son ventajas.
      Me alegra mucho que el cambio de piñonera con ese 11 te convenza, pero ojo, que tiene su punto peligroso. Veo que ya te has dado cuenta, y es muy fácil quedarse sin reservas de glucógeno en una salida media dándole zapatilla. Me alegro, y me sigues contando. Un saludo.

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  2. Rafael, Eduardo, aserá cuestión de ir convenciendo a nuestros hijos para ver si vemos a nuestros nietos ir a trabajar en bici. Todavía la gente esta muy cerrada de mente con este tema en mi ciudad la bici se ve como un estorbo y una temeridad

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    1. Hola Víctor, que conocedor de las costumbre españolas, tal vez en la tercera generación empecemos a ser europeos, de momento hay que ser firme e intentar por los medios que cada uno tenga a su alcance intentar convencer de los beneficios, a costa de que a uno le llamen "freaki". Un saludo.

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  3. Castellón ‘matriculará’ las bicis ante el ‘boom’ de uso en la ciudad:

    http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/castellon/castellon-matriculara-las-bicis-ante-boom-de-uso-en-ciudad_843859.html

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    1. Que buen aporte Eduardo, es increible que haya aumentado el número de usuarios en un 20% desde el 2007, son unas cifras espectaculares. La idea del biciregistro no parece mala, pero conociendo a las administraciones latinas con su caracter eminentemente leonino y depredador, no tardarán en buscar algún tipo de gravamen o impuesto, somo únicos y particularmente originales para estas cosillas. Un saludo y como siempre gracias por tu inestimable colaboración.

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