lunes, 28 de mayo de 2018

De Granada a Ronda en Brompton: crónica de Archidona a Valle de Abdalajis

La etapa de Archidona a Valle de Abdalajis debía ser la más cómoda de todas, por los pocos kilómetros y en teoría poco desnivel. Pero aunque contábamos con mal tiempo, el frío, la humedad, la lluvía y hasta el calor hicieron que la jornada en Brompton fuese bastante más complicada de lo que pensábamos.



Habíamos dejado secando en las ventanas la ropa ciclista del día anterior que olía a gato muerto y cuando nos levantamos la encontramos totalmente empapada, había estado toda la noche lloviendo. El cielo amenazaba lluvia y la temperatura había caído hasta los 6ºC. Con el culotte pirata, medias largas, impermeable y buff se podía rodar cómodamente, pero me había olvidado los guante y los dedos se quedaron como carámbanos.



Con la pereza normal de las 07.00 de la mañana vamos preparando las bicicletas y el equipaje y nos vamos hasta el pueblo a desayunar al único bar que a esas horas se encontraba abierto, justa al lado de la famosa Plaza Ochavada de Archidona.






Después de un opulento desayuno a base de molletes de Antequera salimos del pueblo con una humedad que calaba los huesos. Vicente y yo nos adelantamos y nos pasamos el cruce que debíamos tomar hacia Antequera. Tras unos metros mirando hacia atrás y ver que íbamos solo volvimos sobre nuestros pasos y conectamos con Jose y Jose María.



Ya los cuatro juntos cogemos una carretera secundaria sin ningún tipo de tránsito y con una vistas que te hacían rodar con la sonrisa en la cara a pesar de la lluvia y el frío.







Pasamos junto a la Peña de los enamorados y continuamos hasta la monumental Antequera que nos recibe con olor a pan recién hecho.





Deja de llover y sale el sol lo que nos permite hacer turismo por el casco viejo de la ciudad, disfrutando de la movilidad de Brompton, desplazándonos de un sitio a otro a través de las estrechas callejas del casco viejo. El único inconveniente las calles empedradas que nos obligan a ir todo el tiempo pendientes de la conducción debido al pequeño tamaña de rueda.













Salimos de Antequera con amenaza de lluvia nuevamente y mientras subimos un duro puertecillo nos empapamos sin posibilidad de refugiarnos en ningún sitio. Pero igual que nos empapamos, a la bajada hacia el fin de etapa vuelve a salir el sol y nos secamos completamente.





Localizamos el hostal, dejamos las bicicletas, el equipaje y Jose, que es el encargado oficial de relaciones con los lugareños rápido consigue un buen sitio para comer.


Después de comer y tras una estupenda sobremesa donde Jose sin esperarlo se encuentra con su hermano que estaba por la zona, nos vamos al hostal para lavado de ropa y salida turística por el pueblo.





El día terminó, con frío, agua y calor pero disfrutando plenamente de la naturaleza y de las maravillas de los pueblos por los que estamos pasando. Fueron 51 kilómetros y casi 600 metros de desnivel de pura diversión Brompton & Friends. Después de reponer fuerzas en un bar del pueblo a la cama que al día siguiente tendríamos un fin de etapa que se preveía muy duro.


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