Ha pasado un año desde la última publicación en el blog, pero también ha pasado un año desde la última vez que monté en la pequeña Brompton. Han influido muchas circunstancias, y aunque he seguido pedaleando habitualmente de forma indoor en casa, cada vez que habría el armario veía a la pequeña Brompton mirándome con paciencia y sin reproches porque sabía que no tardaría mucho en volver y eso, me generaba cargos de conciencia.
Tampoco hay un motivo definido por el que hoy haya decidido volver a montar en la pequeña Brompton, pero me he visto sacándola del armario, desplegándola y limpiándola. No tenía suciedad y se encontraba perfecta, pero me ha relajado dejarla reluciente e inflarle las ruedas a su presión justa. Revisar la bolsa y todo lo que tengo que llevar, añadiendo guantes y buff y poniendo a cargar las luces y el ciclocomputador. Una rutina que echaba de menos y que siendo tan simple te genera una agradable sensación de bienestar.
Ya ha quedado lista para seguir sacando una sonrisa todos los días. Mañana volverá a llevarme por las calles y carriles bici de mi ciudad a trabajar. Estoy impaciente de continuar con mis nuevas aventurasenunabiciplegable.
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